los distintos modelos de liderazgo

 In Liderazgo

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INDICE

  1. Los distintos modelos de liderazgo
  2. El visionario
  3. El coaching
  4. El afiliativo
  5. El democrático

 

1.- Los distintos modelos de liderazgo

Como ya hemos hablado en varios posts anteriores, resonancia cumple un papel esencial en el liderazgo. Hoy hablaremos de cómo ésta no depende únicamente del estado anímico del líder ni de sus apreciaciones subjetivas, sino de la manera en la que combinan y gestionan, según las circunstancias, las seis modalidades diferentes de liderazgo:

  • El visionario
  • El coaching
  • El afiliativo
  • El democrático
  • El timonel
  • El autoritario

En el post de hoy comentaremos las cuatro primeras, que alientan la resonancia y promueven el rendimiento. En el siguiente post, hablaremos de las dos últimas, que son útiles pero deben ser aplicadas con cuidado ya que pueden disonancia.

 

 

2.- El visionario

Este tipo de liderazgo se caracteriza por encauzar el clima organizacional hacia una dirección positiva y así conseguir transformar el espíritu de la organización, sin que esto implique una actitud dictatorial en las decisiones individuales.

 

“El líder visionario deja el suficiente espacio libre para la innovación, la experimentación y la asunción de riesgos calculados”

 

El que los empleados tengan sensación de pertenencia al equipo se consigue haciéndoles ver que contribuyen al objetivo común, así aumenta su compromiso en el grupo y se sienten orgullosos de pertenecer a la organización. Ésta es una ventaja principal del liderazgo visionario: impide la fuga de los buenos empleados.

Cómo no, este modelo de liderazgo se sustenta sobre las competencias de la inteligencia emocional (enlace al post de las competencias de la inteligencia emocional) incidiendo sobre todo en la confianza, la conciencia de uno mismo y la empatía, permitiendo que el líder sintonice con los valores de sus empleados.

 

“La empatía es la más importante de todas las competencias ya que sólo es posible crear una visión inspiradora cuando el líder es capaz de experimentar el modo en el que se sienten los demás”

 

Este tipo de liderazgo también tiene sus limitaciones. No se debe aplicar con equipos de expertos o colegas experimentados, ya que se puede caer en el error del cinismo o el autoritarismo. Por ello, la primera pauta a seguir debe ser: mantener el espíritu igualitario de toda gestión basada en el equipo.

 

 

3.- El coaching

El coaching como estilo de liderazgo, es un estilo centrado en la relación personal. No se centra en el logro de objetivos como en el desarrollo personal, por lo que puede llegar a proporcionar muy buenos resultados.

 

“El coaching fomenta el entendimiento y la confianza a la vez que permite que los empleados presten más atención a su rendimiento”

 

Este estilo de liderazgo permite que la relación entre las personas vayan mucho más allá de los problemas que surgen a corto plazo, ya que se centra en conocer la vida de cada uno en profundidad: sus sueños, expectativas y objetivos vitales. Esta última idea, diferencia este liderazgo del resto, ya que convierte al coach en un buen líder. Éste ayuda a establecer los objetivos a largo plazo y a esbozar un plan para conseguirlos, fijando de forma muy clara sus responsabilidades.

 

“El coach sabe delegar responsabilidades y determinar objetivos más allá de las tareas a realizar que estimulen el desarrollo y la superación personal del empleado”

 

El coaching se basa en las competencias de la inteligencia emocional que hacen posible que el líder haga de consejero a la vez que indaga en los objetivos y valores de los empleados acompañándolos y aconsejándolos sobre cómo ampliar su abanico de habilidades. La formación continua de líderes es esencial para que la empresa sea sólida y estable, ya que constituye una fortaleza para la organización que posibilita el desarrollo de las personas.

 

 

 

4.- El afiliativo

Compartir de una manera abierta y sin tapujos las emociones, podría definirse como uno de los rasgos distintivos del liderazgo afiliativo. Los líderes que emplean este método, tienen tendencia a definir a las personas por sus sentimientos, más aún, por sus necesidades emocionales. Esto lo hacen muy por encima de la necesidad de logro o cumplimiento de objetivos que tengan sus empleados, por lo que incitan a un ambiente armónico y a una resonancia del equipo.

 

“Al ofrecerles apoyo emocional en momentos críticos de su vida personal, estos líderes fortalecen relaciones y alientan la fidelidad de los trabajadores”

 

Los mejores contextos para emplear este tipo de liderazgo son aquellos en los que haga falta aumentar la armonía, subir la moral del equipo, mejorar la intercomunicación o en casos en los que la confianza en la organización se haya perdido. No olvidemos que mantener relaciones personales fuertes antes de comenzar un negocio en común es imprescindible en muchas culturas, y los líderes afiliativos lo hacen de manera natural.

 

“Este tipo de líderes están muy interesados en alentar la armonía y promover la amistad estableciendo relaciones personales con sus empleados”

 

Como en todos los casos anteriores, el liderazgo afiliativo también conlleva desventajas. El hecho de que sólo se centre en aspectos positivos y no corrija los efectos de un detrimento en el rendimiento, puede hacer creer a los trabajadores que la empresa tolera la vulgaridad en ciertas acciones. Es por ello que se recomienda incluir muchos consejos constructivos y combinarlo con el liderazgo visionario mencionado anteriormente.

 

 

5.- El democrático

Ser un líder democrático ayuda a sostener la moral alta, provocando así un efecto positivo en el ambiente emocional de la organización. Esta clase de liderazgo se recomienda cuando el líder duda acerca de la dirección a seguir y necesita de la opinión de sus empleados más capaces. Para ello, es necesario que el líder tenga una visión clara y concisa falta de ideas para ponerla en funcionamiento.

 

“Para que esas sesiones sean útiles, el líder debe permanecer abierto tanto a las buenas como a las malas noticias”

 

Si cuando el líder escucha algo negativo reacciona mal, sólo conseguirá que los empleados callen y no se comuniquen con él, por ello es esencial que todo el mundo pueda tener cabida al hablar. Seguramente, dentro del estilo democrático, no hay problema que no pueda resolverse si el equipo se mantiene lo suficientemente receptivo a opiniones ajenas.

 

“Hablemos con calma”

 

Sin embargo, también el líder democrático puede encontrarse en situaciones en las que esta clase de liderazgo no sea la más adecuada. Si éste se aferra únicamente a la idea de consenso entre todos,  es susceptible de nunca llegar a una solución ya que puedan darse interminables reuniones en las se repita lo mismo una y otra vez sin que el tema quede zanjado. El líder que espere que las decisiones cruciales se resuelvan constantemente a través de una estrategia consensual no va a provocar otra cosa que un contagio de dudas generalizado.

 

 

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