La autogestión del liderazgo, todo lo necesario para alcanzar tus objetivos

 In Liderazgo

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ÍNDICE:

  1. El reto primal del líder: la autogestión
  2. La conciencia social y el tango límbico
  3. La empatía y el mundo empresarial
  4. La gestión de las relaciones

 

1.- El reto primal del líder: la autogestión

La autogestión , definida por Goleman  como “la intensa motivación que todo líder necesita para alcanzar sus objetivos”, proviene de la conciencia de uno mismo, la comprensión de las emociones y la claridad de los propósitos. Es por ello que un líder no debe verse sobrepasado por un huracán de sentimientos repletos de frustración, rabia, ansiedad o miedo. Para ello tendrá que escuchar y seguir aún más los sentimientos de entusiasmo o placer por el desafío.

 

 

“A partir de una amenaza percibida el cerebro manda señales de alerta y nos obliga a estar atentos ante ciertos estímulos, por eso surgen esos impulsos emocionales negativos, que a su vez, impide al cerebro centrarse en una tarea determinada.”

 

Por lo tanto la autogestión no es más que un diálogo interno que conforma una parte de la inteligencia emocional capaz de liberarnos de nuestros sentimientos, lo que posibilita una mayor claridad mental y una adecuación de la energía suficiente para llevar a cabo un liderazgo, alejando así las emociones destructivas. Los líderes que alcancen esta habilidad y la interioricen en su día a día, estarán alimentando su entusiasmo optimista, que a su vez, alimenta la resonancia.

Sin embargo, hablar de esto como algo que afecta únicamente al líder es erróneo, ya que los líderes que se sienten desbordados por las emociones negativas no consiguen movilizar adecuadamente las emociones positivas de sus empleados. Como si de las fichas de un dominó se tratasen, las emociones positivas se van “contagiando” en cadena, de manera que el que es un optimista nato es capaz de calmar, aun en medio de una discusión llena de discrepancias, a una persona que fácilmente se irrita.

 

2.- La conciencia social y el tango límbico

La conciencia social y el tango límbico se basa en una fundamentación científica que los investigadores llaman “resonancia límbica” por la cual las personas acompasamos nuestros estados emocionales. La resonancia límbica es aplicable para estados de alegría o de llanto, y es esencial para una buena interacción humana entre familiares, amigos, compañeros de trabajo e incluso desconocidos, y cómo no, entre los miembros de un equipo. Esta suma de resonancias hace que aumente los sentimientos positivos o negativos en conjunto al unísono.

 

 

“Hablar de conciencia social no es más que hablar de empatía, encargada de permitirnos expresar emociones ajenas reflejadas en el rostro o en la voz por ejemplo y así permanecer en sintonía con ella”

 

Otra parte esencial de la empatía, se basa en la correcta comunicación del mensaje de una manera estimulante para su receptor. De hecho, tanto es así que los líderes que expresan de manera convincente sus emociones irradian resonancia de manera natural, y que la forma de expresarlas es sincera y tienen una fuerte base sustentada en valores profundos.

“El futuro de una organización ha de estar cargado de optimismo, compasión y sensación de conexión, tarea del líder hacer que la motivación vaya cargada de ellas”

 

3.- La empatía y el mundo empresarial

La conciencia social suele ser el aspecto de la inteligencia emocional que más fácilmente se detecta y se gradece, ya que de lo contrario, solemos tachar a la otra persona de insensible. Sin embargo, en el mundo empresarial no sucede así, ya que se considera algo realmente “blando” para un entorno tan “duro”. Nada más lejos de la realidad, ya que aunque el líder no tenga como labor principal complacer a todo el mundo, debe escuchar los sentimientos de los demás y tomar decisiones que les tenga en cuenta.

Se define como una especia de “brújula emocional” que ayuda al líder a llevar a buen puerto sus palabras y sus acciones. La vida laboral está conformada, igual que el mundo que la rodea, de una eficacia social que sólo funciona si los que están en los puestos de liderazgo de la misma son personas accesibles, con capacidad de escucha y de dar respuestas adecuadas. Por ello la empatía  es primordial para la conservación de los buenos empleados. La movilidad laboral está muy ligada a la falta de sintonía del líder disonante.

 

4.- La gestión de las relaciones

Los tres puntos vistos anteriormente: la conciencia de uno mismo, la autogestión y la empatía, convergen en la gestión de las relaciones, que es la última de las dimensiones de la inteligencia emocional, a su vez formada por la persuasión, la gestión de los conflictos y la colaboración. Si el líder no es sincero o se comporta de manera manipuladora, sus subordinados no tardarán en desconfiar de él, ya que al final, lo que esperamos las personas es empatizar con alguien que gestione las relaciones adecuadamente.

Sin embargo, esto no es tan sencillo como parece, ya que no se trata de una cuestión de buenas intenciones y amabilidades gratuitas, se trata de movilizar al equipo en la dirección adecuada. Para esto no es necesario que el líder esté en constante relación con los demás pero sí que posean la habilidad para encontrar elementos comunes sobre los que asentar la relación, esto fomentará el crecimiento de una red de colaboradores en la que apoyarse cuando sea el momento de tomar decisiones.

 

 

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